www.burladerodos.com

Rostros / Juan Pablo Sánchez

Rostros / Juan Pablo Sánchez

Siempre se ha dicho que destruir es más fácil que construir.

No tengo duda de que los peores enemigos de la tauromaquia se encuentran dentro; la envidia, la cochina envidia, hace que muchos larguen de manera injusta sobre un torero, una ganadería, una empresa.

Es necesario entender que a los toreros hay que darles tiempo para que maduren, como toreros, pero también como hombres, porque el toreo es un oficio que se aprende con el tiempo y la práctica, pero para alcanzar las cotas del arte es necesario racionalizar y sentir.

Juan Pablo Sánchez, nieto, hijo, sobrino de toreros, no podía ser otra cosa que torero, pero en su acelerado afán de encontrar un Mesías y con el fin de cobrarle «no se qué cuentas» a su padre, muchos lo crucifican sin verle.

Tiempo señores, tiempo…