Torero por los cuatro costados, con una convicción a tope y sobre todo una congruencia que no admite medias tintas. Jerónimo es uno de los mejores exponentes de la escuela taurina mexicana en la que el sentimiento pasa por encima de cualquier otra cosa. La gráfica corresponde a su actuación el 22 de febrero de 2004 en Jalostotitlán, Jalisco.