Paco Tijerina
Hoy que Lalo López “Zotoluco” actúa por última vez como profesional en Monterrey, es necesario hacer balance y en estricta justicia reconocer la importancia de su carrera en la Fiesta Brava de nuestro país.
Al Maestro “Zotoluco”, así, con todas sus letras, Maestro, porque se ha convertido en eso, ya que le ha salido, le ha podido y ha bordado toros de todas las ganaderías, todos los encastes, todos los tamaños, aquí y allá, sin dejarse nada en la espuerta, entregándolo todo tarde a tarde, pues a él nada le ha sido regalado, todo le ha costado y por eso es quien es.
Como a pocos, a “Zotoluco” le ha sido regateado el título de figura en su propio país; como ha pocos -sólo a las verdaderas figuras- había en las plazas quienes acudían a verle con el único propósito de reventarle, como nadie en la actualidad en la baraja azteca, ha tirado y ha empujado del carro durante largos años.
Aquel guerrero que para abrirse paso tuvo que tragar de todo en las plazas modestas, se aferró cual clavo ardiente a esa oportunidad de los Miuras en España y con ese breve resquicio abrió la puerta para encaramarse al pedestal de los elegidos. Con el tiempo, su toreo ha ganado en solera, aroma, temple, cadencia, ritmo, expresión y exposición.
No una, fueron muchas las veces en las que en plazas chicas y grandes, en ferias de pueblo o en los máximos ruedos, me tocó presenciar “el milagro” de convertir los ataques e insultos lanzados desde la cobardía del tendido, en aplausos y loas.
Hoy, que torea por última vez como profesional en activo en Monterrey deseo agradecer su trayectoria y legado, su entrega y su pasión, su firmeza y carácter que le han permitido conservarse en ese sitio de privilegio, porque cualquier otro habría “aventado el arpa”, pero Zotoluco no.
Gracias Lalo por tantas tardes, por todas esas faenas, por tantas plazas, hoteles, aeropuertos, restaurantes, callejones y patios de cuadrillas, por tantas charlas formales e informales, por la verdad y sencillez de tu trato, pero sobre todo, gracias por tu amistad.
Hoy torea por última vez en Monterrey como matador en activo el Maestro Eulalio López y, como en muchas otras ocasiones, acudiremos a verle con ilusión y gusto, como también lo haremos en otras plazas antes de que se corte la coleta, pero quise hoy dejar testimonio de reconocimiento y agradecimiento a una gran figura del toreo, la última de los últimos tiempos, la nuestra, la que tenemos y a la que, le pese a quien le pese, ya tiene un nombre en la historia taurina de nuestro país.
¡Enhorabuena!