Paco Tijerina
Quien aspire a ser juez, necesariamente, deberá ser un apasionado de la ley, sus reglamentos, códigos y preceptos; no ubico como árbitro de futbol a un ser humano que no vibre con ese deporte y pues sí, para ser presidente o juez de plaza en los toros el primer requisito deberá ser el que se trate de un aficionado chipén.
Y tratándose de un espectáculo como la tauromaquia en donde amén de los aspectos técnicos y reglamentarios existe como en pocos lugares el tema de la percepción y sensibilidad en la apreciación artística, el asunto se torna complicado, porque vamos, uno es quien es, con su carga de gustos personales que no se pueden dejar colgados en un perchero afuera del palco de la autoridad y a la postre terminan influyendo en el actuar de quien preside un festejo.
Hoy lo ha dejado claro en la 7ª de Abono de San Isidro don Javier Cano Seijo, el presidente, que le ha gritado al mundo que no le gusta ni quiere al Fandi, que le negó por no sabemos qué razones no escritas en ningún reglamento, su derecho a colocar un cuarto par de banderillas en el primero de la tarde y que en el cuatro tomó venganza cuando el torero granadino, por sus pantalones, colocó cuatro pares de palitroques y realizó una faena excepcional.
¿Pero qué dice el Reglamento? Que la primera oreja es potestad del público y que cuando en mayoría la solicita mostrando sus pañuelos el presidente la debe conceder, independientemente de sus gustos o apreciaciones; don Javier Cano se ha montado en su macho, se ha pasado el Reglamento por el “Arco del Triunfo” y no ha concedido el trofeo.
Impartir justicia no es sencillo porque invariablemente con alguien quedas mal, pero ¿cuando quedas mal con todos?
Conozco algo del tema, de joven tuve la oportunidad durante varios años de ser árbitro de futbol americano y tiempo después me preparé para ser juez de boxeo; en ambos casos aprendí desde las primeras lecciones que una buena autoridad es la que no se nota, la que no aparece, la que cumple calladamente con su función y que en su papel termina brindando una labor didáctica a los nuevos aficionados.
A lo largo de 40 años de escribir de toros he tenido la oportunidad de ver a una buena cantidad de ocupantes de los biombos de distintas plazas y he visto de todo, casi todos bien intencionados, aunque algunos con una marcada tendencia al protagonismo extremo y otros que evidentemente, como el caso que nos ocupa, que anteponen sus gustos y preferencias personales a su misión.
Hoy don Javier Cano se ha pasado tres pueblos al negarle a El Fandi la oreja, ganada a ley, del cuarto del festejo.
¿Qué hacer cuando es la autoridad la que te roba?
Tema largo de discusión que forma parte de las una y mil cosas que se deben revisar en la tauromaquia de nuestro tiempo, porque es evidente que debemos cambiar muchas cosas, entre ellas a quienes en el palco creen que son Emperadores Romanos y no encargados de cumplir un Reglamento.
(Foto: Ana Escribano / burladerodos.com)