Paco Tijerina
Una vez pasada la catarsis provocada por el anuncio de la empresa de Cinco Villas de cancelar sus festejos novilleriles ante la actitud asumida por la Asociación de Matadores de prohibirle un cartel con mayoría de extranjeros, va siendo hora de arremangarnos la camisa y buscar soluciones.
Resultaría válido preguntar, ¿y por qué los aficionados y no los profesionales?
Por muchas razones. En principio porque está comprobada una y mil veces su falta de visión estratégica y modelo de negocio, no le entienden, no le saben, son muy miopes y funcionan según el nivel de «PH» (pinche histeria) que traigan o de «conveniencia» de algunos, mientras otros se adosan de manera holgazana por flojera de pensar o de disentir, lo cual les puede acarrerar que no los pongan en el siguiente festejo. ¡Tercos! No se dan cuenta de que se están cargando la Fiesta a la larga.
Pero además, es menester que defendamos la Fiesta porque contrario a lo que piensa el Comité Ejecutivo de la Asociación, los ganaderos, subalternos, empresarios y demás, la Fiesta ES NUESTRA.
Lo publiqué apenas hace unos días, a nuestra Fiesta le hacen falta menos cuentos y más verdad. Es necesario que todas las partes empiecen por adoptar una buena dosis de humildad y entendimiento, esto se está cayendo a pedazos y son los profesionales quienes más ayudan a destruirlo, es necesario empezar a ceder, aprender a negociar con la mira puesta en el bien común y el objetivo primario.
Tenemos que buscar en conjunto, con las agrupaciones o sin ellas, métodos y sistemas que nos permitan promover y difundir, impulsar y ayudar a que se den más festejos, a buscar nuevos valores, a encontrar esquemas de mercadotecnia efectiva que alcancen nuevos públicos, pero la base es esa, que se den festejos, porque sin ellos nada de lo demás podrá realizarse.
Y mientras anoche en las redes sociales los aficionados lloraban el cierre de una plaza que da oportunidades a los chavos sin cobrarles un clavo, en un pomadoso restaurante un grupo de empresarios y toreros festejaban a uno de ellos, como si nada ocurriese, como si la tauromaquia en México estuviese en jauja.
No les entiendo.
Hay que empezar a buscar el «cómo sí» hacer las cosas.
Por eso hoy atenta y humildemente le dirijo a la empresa de Cinco Villas, a los miembros del Comité Directivo de la Asociación de Matadores, a los dirigentes de la Asociación de Empresarios y al Comité de los subalternos, para pedirles hacer un esfuerzo, que se sienten a negociar dejando de anteponer falsos nacionalismos, propiciando un clima de entendimiento, aceptando que es necesario ayudar a los toreros mexicanos y comprendiendo que toda regla tiene excepciones.
Con gusto y si les resulta de utilidad, le ofrezco y pido apoyo de otros más a lo largo y ancho del territorio nacional, para convertirnos en mediadores en la búsqueda de soluciones. Es posible que desde afuera podamos construir puentes y hallar respuestas.
Al final, caes es cuenta de que todos tienen su sindicato que pelea por «sus» intereses (aunque a veces son los de alguien en particular), pero lo que no cuentan con ninguna agrupación para defenderlos son los dueños del espectáculo, el público, que con su dinero sostiene y mantiene la Fiesta. Por favor, no nos obliguen a llegar a una medida extrema -no es amenaza ni advertencia- porque estoy cierto que de ser necesario, podremos aglutinarnos en un gran esfuerzo nacional para exigirles, SÍ, EXIGIRLES, respeten nuestros derechos y le muestren más respeto a la Fiesta.
Señores, la propuesta está en la mesa, depende ahora de ustedes aceptarla o seguir por ese oscuro sendero que los llevará, más temprano que tarde, al abismo.