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CRÓNICA MONTERREY / YA VOY ENTENDIENDO

CRÓNICA MONTERREY / YA VOY ENTENDIENDO

Paco Tijerina

Domingo 26 de septiembre de 2021. Plaza de Toros “Sebastián Medina – Los Jacales”. Ante dos tercios del aforo permitido (40%), se lidiaron seis toros de “La Playa”, bien presentados y de buen juego, destacando el 1° que fue bravo.

El rejoneador Jorge Hernández Gárate (que sustituyó a Emiliano Gamero): palmas y ovación.
Arturo Saldívar: silencio y pitos tras aviso.
Sergio Garza: vuelta por su cuenta y palmas tras aviso.

Incidencias: A la muerte del 2° se anunció por el sonido local que el juez impuso una multa a los banderilleros Ricardo García y Aldo Navarro por colocar deliberadamente una sola banderilla, a lo que los subalternos reaccionaron indicándole mediante ostensibles señas que el piso del ruedo demasiado suelto no es el ideal para el toreo.

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Creo que ya voy entendiendo.

Mientras en España un grupo de chavales salen a romperse el alma para conseguir un lugar en la Fiesta, en nuestro país hay toreros que acuden a los cosos a espantarle las moscas a los toros y así francamente resulta imposible pensar en un resurgimiento de la tauromaquia nacional.

Otros, a falta de “esquina”, torean sin poder construir una faena y ante la falta de impacto se refugian en el rodillazo y el “efectismo”, pero ni así.

El rejoneador Jorge Hernández Gárate que sustituyó de última hora al anunciado Emiliano Gamero, estuvo bien, decente, con algunos pasajes de calidad, sobre todo al llevar cosidas a la grupa las embestidas de sus enemigos, pero sin proyectar emoción, lo cual únicamente consiguió cuando puso banderillas “al violín”; Jorge torea poco y es más de la escuela antigua, nada de quiebros, batidas poco comprometidas en las que termina poniendo sus fierros detrás del estribo. Hoy no tuvo suerte con el rejón de muerte y escuchó palmas en su primero, que fue un toro extraordinario, y una ovación en el cuarto.

Al salir de la plaza un buen amigo, que además es un excelente aficionado, me cuestionó: “¿A qué vino Arturo Saldívar?” y no supe qué responderle. A Saldívar le tengo estima y aprecio, pero no puedo permitir que el afecto nuble la razón; el diestro se mostró apático y abúlico, distraído, sin darle al sitio donde actuaba la importancia que merece, porque así se trate de “Los Jacales”, no deja de ser Monterrey, pero a Arturo no le importó.

Pudo haber conseguido algo con su primero, un astado complicadito que embestía rebrincado y al que le extrajo derechazos de buena manufactura; por la izquierda nada se podía hacer, pero al porfiar por la diestra pidió la música y esta no sonó, distrayendo al público de la faena.

Aquí vale la pena preguntar: ¿quién le dio la potestad al juez de plaza de decidir cuándo debe tocar la banda? El reglamento no lo consigna, de manera que al ordenarle al director que se someta a su arbitrio está cometiendo un delito. La mala actuación de la Banda Juvenil de Cadereyta es un punto que abordaremos más adelante.

Con la toledana Saldívar anduvo fatal en sus dos toros. En muchos momentos hizo falta la presencia del director de lidia para que pusiera orden, pero Arturo no se enteró, aunque es necesario decir que en el sexto atinadamente fue a colocarse a un burladero de aviso cuando Sergio Garza pretendía colocar banderillas cortas al quiebro y su participación fue eficiente.

Pasa el tiempo y lamentablemente Sergio Garza no muestra evolución. Igual que a Arturo le tengo aprecio, pero eso no debe obstar para consignar que la faena a su primero careció de estructura y rumbo; a él sí, apenas dijo “música” y la banda ya estaba tocando, con todo y que su enemigo se había roto el pitón derecho tras las banderillas. Faena de “rapidismo” y “electricidad”, pero sin mucho fondo; pinchazo y estocada para sin mucha demanda del respetable darse una vuelta al ruedo.

Con el sexto salió decidido (por fin alguien demostró algo de determinación), pero eso no es suficiente y en el toreo, contra otras muchas cosas en la vida, no aplica la máxima de “querer es poder”. Sergio quiso, pero…

Resulta extraño que cubriendo el segundo tercio a petición del público, Garza se conforme con poner sólo dos pares de palitroques para después pedir el cambio de tercio. ¿Habrá sido el estado del ruedo?

Con la muleta hubo derechazos y naturales que le fueron medianamente jaleados, lo impactante vino con los molinetes de rodillas, pero el gozo se fue al pozo con la espada y terminó escuchando palmas tras un aviso.

El tema del ruedo de la plaza “Sebastián Medina – Los Jacales” es importante y la empresa lo ha dejado pasar sin atenderlo. Deben construir un firme o por lo menos apisonarlo y dejar una capa superficial, para dejarlo en óptimas condiciones para el toreo, el invertir en este punto redundará en beneficio del espectáculo y de la empresa.

La Banda Juvenil de Cadereyta es una institución ejemplar. El legado de don Arsenio Cantú llega hasta nuestros días y sigue vivo gracias a ese puñado de chavales que ejecutan con maestría pasodobles y diversas piezas musicales. Don Arsenio sabía de toros y no ocupaba que nadie le indicase cuándo debía ejecutar su música para acompañar una faena, como tampoco lo requería Edmundo su hijo y menos ahora que un novillero en el retiro, Ángel Bravo, les dirige, ¿de dónde diablos se sacó el juez de plaza esa pésima orden de decidir por sus pantalones cuándo suena o no la música? Hoy se equivocó de todas, todas; calló cuando debía sonar y sonó cuando debía callar.

Mención aparte merece el que valdría la pena renovar el repertorio de la banda. Hoy tuvimos que escuchar tres mil 357 ocasiones “España Cañí” y no es de ley. Además, alguien tendría que avisarle a Ángel Bravo que en su popurrí diseñado para rejoneadores en el que liga “España Cañí” (otra vez) y “Caballería Rusticana”, nada tiene qué hacer “Carmen” de Bizet.

Ya voy entiendo la diferencia… el asunto es de actitud.