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EL FUNDÓN / CONSIGNA

EL FUNDÓN / CONSIGNA

Paco Tijerina

Pareciera que la consigna es darle en la madre a la Fiesta.

Disfrazados de una carita de “yo no fui” y de que nos hacen un favor, las “figuras” llegan y se pasan por el forro leyes, reglamentos y disposiciones, a ciencia, paciencia y complacencia de autoridades, toreros y empresas mexicanas que dócil y calladamente se tragan todo.

Se olvidan de la historia y de que las cosas tienen un por qué.

Ya ha venido pasando desde hace años y la costumbre se va haciendo ley. Alterar el orden de lidia en cualquier plaza ya es tan común que no llama la atención, pero es un gravísimo hecho que nos delinea el nulo respeto que nos tienen, como afición y como país.

Lo sucedido el 12 de diciembre en la Plaza México fue una mentada de madre que bien valdría la pena investigara la Delegación Benito Juárez imponiendo las sanciones a que haya lugar, empezando por el Juez de Plaza que permitió ese follón monumental al permitir que todos hicieran lo que les vino en gana con el orden de lidia.

Y ya sé que me caerán 20 encima criticando y diciendo que “no pasa nada”, pero la verdad es que sí sucede al contravenirse una disposición reglamentaria.

Para los iletrados habría que explicar el origen del sorteo y del orden de lidia.

La alternativa no sólo es alcanzar el grado de matador de toros, sino también datar antigüedad, misma que se ha -o se había- respetado hasta nuestros días.

A finales de los 20’s del siglo pasado, es decir hace casi 90 años, Rafael Guerra “Guerrita” imponía en España condiciones, siempre un torero que abriera plaza, así como procedencia, tipo y tamaño de las reses a lidiar de las cuales no sorteaba eligiendo para si mismo las mejores y ubicando como segundo de su lote al que consideraba la mejor posibilidad, de ahí el término de “no hay quinto malo”; hasta que Luis Mazzantini le puso el alto y exigió, en 1930, el sorteo de las reses. Pero el asunto de aventar a alguien por delante sigue vigente.

Y los figurines siempre han encontrado a un primer espada “a modo” o en su defecto imponen a un rejoneador que abra el festejo o ya de plano buscan una alternativa o confirmación, todo con tal de no ser los primeros en torear.

Pero el sarao del día 12 en la México en donde se pasaron por el arco del triunfo las antigüedades ya tiene repercusiones y este domingo en Mérida se pasaron tres pueblos al alterar el orden de alternativa de los actuantes. Sebastián Castella (alternativa 12 de agosto de 2000, Béziers, Francia), se formó en el paseíllo a la izquierda, encabezando las cuadrillas y su cuadrilla estuvo en la primer fila detrás de los matadores; Fermín Spínola (alternativa 27 de Agosto de 2000, San Luis Potosí, México), se formó a la derecha, pero resulta que al momento de la lidia Spínola actuó como primer espada.

Y no faltará el que diga: “Pero venga, ¿en qué te afecta?” y resulta que sí, me afecta, porque esa permisividad es la punta del iceberg del nulo respeto a la afición, a la tradición y al toreo, es un ventajismo que no se debe permitir, ¿no lo es? ¿entonces por qué lo implementan?

¿Que no les cuadra la queja? ¡Venga señores revolucionarios de la Fiesta, vayan ustedes y promuevan la abolición en el Reglamento de esos apartados y que cada quien toree en el lugar que le plazca y mañana se encontrarán con que novilleros, aspirantes y hasta aficionados prácticos que alternarán con matadores y serán los que abran plaza!

Más allá de la flagrante violación a las normas, preocupa el avasallaje y el observar la manera en arrodillados los toreros mexicanos, las empresas, los apoderados, la Asociación y muchos medios de comunicación, aceptan callados las absurdas imposiciones sin replicar ni quejarse.

Aclarémonos, lo del 12 de diciembre no fue un favor, fue una corrida de toros anunciada como tal y por eso mismo debió respetarse la antigüedad; lo del domingo en Mérida fue una tomadura de pelo y si no lo creen pregúntenle a Fermín Spínola  que al sonar parches y metales salió al ruedo buscando ubicarse a la izquierda del paseíllo y se encontró con que ya estaba formado Castella, por lo que fue a plantarse al extremo contrario. ¿Error?

¿En dónde está la Asociación Nacional de Matadores para exigir respeto a sus agremiados y orden por la Fiesta? ¿Por qué la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros acepta estas transgresiones?

Como en casi todo de la vida, la forma es fondo y el frágil terreno por el que hoy transita la Fiesta Brava mexicana, no es otro que el camino al precipicio.

Para quienes con pasmosa facilidad hoy violan preceptos, no hay mañana, la única Fiesta que ellos ven es la de hoy, la suya y lo que menos les importa es el futuro, la supervivencia y el respeto a “nuestra” Fiesta.