Paco Tijerina
Uno, dos y tres,
tres banderilleros en el redondel…
El toreo se divide en tres.
Tres los tiempos: citar, templar y mandar. Tres los terrenos: tablas, tercios y medios. Tres los tercios: picar banderillas y muleta. Tres, siempre tres.
Y para triunfar en el toreo se requiere de tres ingredientes: valor, corazón e inteligencia.
Las figuras del toreo tienen, invariablemente, estos tres elementos; en algunos casos más de uno que de otro, pero siempre los tres, porque si en la receta omites uno de ellos el asunto no funciona.
De nada sirve el valiente si carece de arte o inteligencia; el valor con el tiempo se acaba o te lo quitan los toros.
De poco le sirve el arte al artista si es presa del miedo o no tiene la determinación suficiente como para sobreponerse a la adversidad.
Igual y en ocasiones más importante es la inteligencia en toreo. Capacidad para entender la lidia que requiere cada enemigo y visión para ver los cambios de lidia de cada toro durante la faena.
Pero sobre todo inteligencia para primero construir y después sostener y potenciar la carrera de una figura del toreo, una imagen capaz de convocar y reunir adeptos y detractores, magia, misticismo, romance, misterio, bondad e “hijezdelachingada” de cuando en vez.
El mexicano Isaac Fonseca tiene sin duda el valor y el corazón para convertirse en una figura de los ruedos; la pregunta es: ¿tendrán él y su entorno la inteligencia para convertir al michoacano en la figura que México espera?
Por eso me extrañó muchísimo su declaración luego de conquistar el triunfo en la Liga Nacional de Novilladas cuando dijo que iniciará el próximo año arreando fuerte y que a mitad de temporada buscará la alternativa.
Y es ahí donde me cuestiono la inteligencia y administración. Puede que las palabras de Isaac hayan sido producto de la calentura del momento, pero es más que claro que eso que dijo no es lo que le conviene si realmente quiere convertirse en figura y no repetir el desgastado esquema de la inmensa mayoría de los que le han antecedido y que no han pasado de ser “maceta de corredor”.
¿Una alternativa a mitad de temporada cuando todas las ferias y carteles están prácticamente hechos? ¿Para qué?
No hay que ir muy lejos, baste analizar la carrera del peruano Andrés Roca Rey para darse cuenta de cómo se deben hacer las cosas. Roca Rey no tomó la alternativa hasta que triunfó rotundamente en plazas como Las Ventas, Sevilla, Pamplona, Santander y Bilbao en la misma temporada. ¿Ya lo hizo el mexicano?
Sería mil veces mejor triunfar tarde a tarde en las filas novilleriles en el 2022 conquistando todas las plazas y todos los públicos para llegar, a final de temporada, a una alternativa con fuerza, que le permita signar contratos para su primer año como matador en 2023 y administrarse y no venir a México como no sea de vacaciones, forjándose un sitio de respeto en España.
Fonseca tiene todo para ser y el momento es clave en su carrera. Ojalá que el chaval y quienes lo manejan lo tomen en consideración y se lo piensen muy en serio, porque lo que está en juego es el futuro profesional de un hombre, lo cual no es cualquier cosa.