Paco Tijerina
Presentaron los carteles para la primera parte de la temporada 2019-2020 de la Monumental Plaza México y muchos aficionados me preguntan mi opinión.
Creo que hay para todos los gustos y me parece que la empresa ha escuchado las voces que pedían a ciertos toreros y ganaderías; me parece que se insiste en ciertos hierros, lo cual puede constituir un yerro y finalmente coincido con algunos que piensan que, como siempre, ni están todos los que son, ni son todos los que están.
Más allá de las combinaciones, tengo la sensación de que a esta temporada le hace falta visión y estrategia al estar diseñada de la misma forma que si fuese una feria y no una temporada. ¿A quién sirve en realidad tener todo armado? A los toreros y la Fiesta en México no.
Futuro
Si lo que a la Fiesta en México lo que le hacen falta son figuras, el planteamiento de la Temporada Grande no atiende a esta premisa y visto así, seguiremos en las mismas.
Antaño existía el Derecho de Apartado y se anunciaba, como hoy, el elenco del serial, pero se colocaba a las figuras en fechas clave como base de cartel; la gran diferencia es que los carteles se armaban cada semana tomando en todo momento en cuenta los resultados y los deseos de la afición, dándose a conocer regularmente los martes. Quien triunfaba, repetía y eso daba pie a que se diesen “piques” y confrontaciones, que las revelaciones pudiesen alternar con los encumbrados y de esta forma despegar.
¿Justicia?
Vemos los nombres de algunos toreros que en años anteriores han tenido actuaciones sobresalientes en el coso de Insurgentes, lo cual es bueno, pero tendríamos que preguntarnos: ¿qué pasará si vuelven a triunfar? ¿Cuándo y en dónde los van a repetir?
La corrida de “triunfadores mexicanos” programada para el 22 de diciembre resulta una injusticia para los seis matadores y tres rejoneadores anunciados en fechas posteriores, ¿por qué no darla el 12 de enero y así tener a todos los mexicanos en igualdad de circunstancias?
Milagros
Los milagros no existen en el toreo y menos cuando el objetivo es forjar figuras.
La “hazaña” de “El Pana” aquel 7 de enero fue producto de toda una serie de circunstancias: su anunciada despedida, que le tocó un lote de ensueño y, principalmente, que el torero tenía toda una narrativa, una historia qué contar y su largo palmarés le hacía conocido de los públicos.
Por mucho que cualquiera de los toreros aztecas anunciados toree igual o mejor que el añorado “Brujo”, la historia no se repetirá, porque simple y sencillamente no son las mismas condiciones.
La única opción es repetir, crear morbo, motivar la expectación, que se origine la competencia, probar a los “nuevos gallos” (aunque casi no hay nuevos aquí), frente a las figuras y que ahí se aprieten los machos y salgan triunfantes, pero también sentar las bases de una eficiente coordinación y colaboración con empresas del interior del país para que esos triunfadores repitan en otras plazas.
Así, y solo así, podremos recuperar el terreno perdido y devolverle brillo a nuestra Fiesta.