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EL FUNDÓN / Misión

EL FUNDÓN / Misión

Paco Tijerina

(Necesaria nota aclaratoria: El presente texto no tiene destinatario(a) específico(a) alguno; es producto de las cavilaciones de este juntador de palabras y no persigue otro fin que no sea el expresar mis reflexiones y pensamientos, por lo cual no es un dogma ni busco con él pontificar ni dar cátedra. Que se lo tome, unte, coma, beba o vista, a quien más le acomode y le venga en gana).

¿Cuál es la misión de un cronista taurino?

Creo se puede sintetizar en dos palabras: informar y formar. Informar al público (conocedor o no) de lo ocurrido en un evento taurino o bien dentro del ambiente que rodea a la más bella de todas las fiestas, y al mismo tiempo, servir en la formación de nuevos aficionados a fin de que obtengan conocimientos sobre la tauromaquia de parte de una fuente preparada y calificada.

Dicho lo anterior, quien aspire a ser cronista taurino deberá haber abrevado de las mejores fuentes a fin de contar con una preparación idónea para comprender la lidia de las reses bravas y todo su entorno, amén de una vasta cultura general, capacidad de análisis, un amplio lenguaje y también una inacabable curiosidad que le impulse siempre a seguir aprendiendo, buscando, indagando más, porque de esto jamás termina uno de aprender.

Por tanto, un cronista taurino debe estar comprometido, ¿pero con quién?

El cronista debe mantener siempre y en todo momento un férreo compromiso con la Fiesta, defendiéndola y cuidándola. Debe, también, tener un fuerte compromiso con la afición, pilar fundamental que sostiene el espectáculo, respetándole siempre y velando por sus intereses. Finalmente, quien escriba o hable de toros, debe comprometerse con el toro, pugnando porque nunca se le falte al respeto.

No es “cronista taurino” quien intercambia su “labor” por un pase para entrar gratis a un festejo, como tampoco lo es quien sólo busca colarse al patio de cuadrillas o el callejón para sentirse importante dejándose ver o tomarse fotos con los toreros.

Un cronista no es empleado de la empresa, su publicista y mucho menos su amigo. El cronista no es amigo de ninguno de los actores de la Fiesta; puede serlo sí, y sólo sí, es capaz de diferenciar las cosas (si es que la contraparte también lo entiende) y comportarse como la vieja caricatura de “Ralph y Sam”, el coyote y el perro pastor que en el trabajo mantenían posiciones encontradas pero al terminar eran buenos amigos.

La credibilidad y confianza del público deben ser los principales tesoros del cronista y esos se ganan en base al trabajo y la honestidad, con uno mismo y con la Fiesta, esa es la base del respeto.

No es mejor cronista aquel que tiene “buen ambiente” entre los profesionales (empresas, ganaderos, toreros, subalternos) por ser “pasalón” y “buena onda” al prestarse a mentir, engañar, torcer la verdad a conveniencia para estafar a su auditorio.

No se apoya a la Fiesta, por el contrario se le degrada, cuando se miente diciendo que hubo buena entrada cuando no ha ocurrido así, cuando se miente sobre el juego del ganado y cuando se aplauden trofeos que nunca debieron ser concedidos pero que son otorgados por un palco que es ocupado por amigos o empleados de la empresa o por seguidores de los toreros.

La misión del cronista taurino es hablar con la verdad y eso implica tener valor para sostener sus escritos y dichos siempre y en todo lugar.

Con 47 años de ejercicio en la crónica taurina me puedo sentir contento de contar con algunos amigos de verdad en el medio, mismos que han soportado el rasero de la verdad y con quienes he discutido sobre mis puntos de vista sobre toros, faenas, carteles, sin que ello haya deteriorado nuestro afecto y aprecio y, por el contrario, han fortalecido nuestros lazos de unión.

Muchos, los más, se han quedado en el cedazo y se han alejado de mi al no saber apreciar un señalamiento o crítica, lo cual no me ofende, porque tengo la conciencia tranquila y su actitud me ha dejado ver que no buscaban mi amistad, sino mi arrodillamiento para ganar un beneficio denigrando a la Fiesta y así jamás será posible.