Paco Tijerina
¡Que no! ¡Que ya basta!
¡Que quien se pone delante de un toro merece respeto! ¡Quien cría toros de lidia también!
¡Me niego a formar parte de la horda que «defendiendo la Fiesta» le termina causando un daño aún mayor!
Mi niego también a adoptar ese papel múltiple de fiscal, jurado, juez y ejecutor, sobre todo cuando se hace «a priori», de manera anticipada, añadiendo el papel de magos, adivinos, pitonisos y «oraculeros» (personas que se dedican a leer los oráculos).
¿Que en el pasado ha sucedido? Es cierto y yo mismo lo he criticado, pero una vez ocurridas las cosas, no antes, adivinando.
Me niego a participar en un linchamiento sin sentido en el que los acusadores se olvidan mencionar a quien tiene la responsabilidad de velar por los intereses del público y el espectáculo y de manera precisa, de verificar la integridad cronológica y física de las reses a lidiar: la autoridad.
Es verdad, las figuras proponen y condicionan ciertas ganaderías, pero a final de cuentas es la autoridad la que aprueba o rechaza su juego en el ruedo. ¿Por qué nunca nadie dice nada de los jueces? ¿Hay dudas? Existen instancias administrativas para revisar y en su caso sancionar la actuación de quienes han sido designados como representantes de la autoridad en la plaza, incluidos veterinarios.
Pero no es de buenos taurinos y personas de bien el estar anticipando hechos y boicoteando un festejo.
¿Se siente usted agraviado? Publique en sus redes sociales, pero también hágase responsable y aunado a ello acuda a la delegación a interponer una queja ante las autoridades competentes, contra el juez, la empresa, los toreros, el ganadero y contra quien resulte responsable, que se investiguen las cosas, se encuentre a los responsables y se castigue lo necesario. ¿Por qué no ha ocurrido? Básicamente porque las quejas se quedan en la web, pero no existen denuncias al respecto.
Rompamos el círculo vicioso actuando de manera correcta, no pidamos respeto cuando somos los primeros en faltar a él.