Paco Tijerina
Aclaremos, el texto no tiene dedicatoria ni destinatario, así que no quiero ni ofendidos, ni sentidos. Se trata de una simple serie de reflexiones sobre la situación actual de la Fiesta y el papel que en ella juegan los medios de comunicación.
Por años he sostenido que la Fiesta le hace falta promoción y difusión y desde hace unos días me puse a revisar y me doy cuenta de que tal vez estoy en un error y requiero modificar la óptica para enfocar de mejor manera el objetivo.
A la Fiesta hoy le hacen falta, sí, los grandes espacios en los medios de comunicación tradicionales. Ya no se despliegan aquellas crónicas de página entera ni aparecen a diario columnas de toros en los medios impresos; hay algunos programas de TV, perdidos en horarios poco accesibles, algunas cosillas en radio y párele de contar.
Sin embargo repasando el día a día del Internet y específicamente del Facebook me doy cuenta de que de un tiempo a la fecha han surgido un montón de emisiones taurinas y ya no es extraño el que alguien transmita en directo lo que ocurre en cualquier festejo.
Y es aquí donde empiezan las reflexiones.
En los 60’s y parte de los 70’s los toros, principalmente los de la capital del país, se transmitían en directo a nivel nacional y había un programa semanal donde el Maestro Alameda daba información y sostenía entrevistas. Con enormes esfuerzos y película de 16 milímetros se conseguía documentar los sucesos de festejos en el interior.
Cuando Roberto Martín tomó la alternativa, el 28 de diciembre de 1980 de manos de Manolo Martínez y el testimonio de Curro Leal en Reynosa, me pidió consiguiese un equipo portátil de grabación de video profesional, no para guardar el video de la ceremonia, sino para enviar las imágenes al Maestro Pepe Alameda.
Hoy la Fiesta casi no tiene espacios en los medios impresos, pero guarda una importante presencia en el Internet. Hoy, a diferencia de antaño, la tecnología ha reducido sus precios y casi cualquiera hace videos, graba imágenes y puede compartirlas con el mundo entero.
Este mismo desarrollo nos permite observar las transmisiones en vivo que hacen de festejos en España y Francia, además de tener acceso a materiales que se emiten en distintos canales. Las comparaciones son odiosas, sí, pero en este momento necesarias.
Y es que aunque existen esfuerzos muy dignos por hacer producciones de calidad, no es lo mismo una producción cuidada en sus detalles, con varias cámaras, iluminación, audio de verdad, musicalización, edición y demás, que simplemente sentarte frente a la cámara y ponerte a parlotear mandando saludos “para Pancha y para Petra que nos ven en las sillas voladoras”.
Veo una entrevista a los picadores Alfonso Barroso y Antonio Saavedra, el primero con 80 años de edad y el otro recién retirado, y luego el lujo de ver al maestro Barroso con sus 80 años a cuestas picar con toda ley a unas becerras, y me tengo que cuestionar qué estamos haciendo y más que ello, qué estamos haciendo bien y mal.
Me recuerdo los tiempos heroicos de los 16 milímetros del cine o las peripecias para grabar en ¾ de pulgada, antes de que llegaran los formatos caseros del Betamax o el VHS y ahora la revolución digital.
Sueño, porque la vida debe ser eso, un sueño constante, con dar un paso al frente y promover un cambio para bien.
¿Qué pasaría si en aras de promover, difundir, impulsar y apoyar la Fiesta fuésemos capaces de unir todos los esfuerzos que hoy se dan de manera desperdigada a lo largo y ancho de México para producir primero un gran y único programa de toros de alta calidad y después, por qué no, confeccionar una parrilla de programación de un sitio web que albergue un canal con transmisiones las 24 horas y donde, dado el caso, se puedan transmitir con calidad y estándares profesionales festejos taurinos?
Existe una enorme cantidad de recursos disponibles, todo es cuestión de organizarlos.
Pero mi sueño enfrenta un enorme reto de inicio: la demostración más pura de amor por la Fiesta. El renunciar al protagonismo personal para dejar de ser “uno más” por la libre y unirse a un gran ejército en el que, obvio, debe haber mandos, generales, tenientes, capitanes y soldados rasos.
¿Cuántos serán capaces de renunciar a aparecer a cuadro una hora para hacerlo sólo por unos minutos? ¿Cuántos pensarán en el bosque y no en el árbol? Quizá después, si el proyecto fructifica, sería posible bajo ciertos parámetros de calidad, pensar en emisiones unitarias en las que otros tomaran parte, producciones locales que formen parte de ese sueño.
Dejo aquí la idea de un sueño y mi anticipada renuncia a ser el conductor del programa inicial. Me mueve el amor por la Fiesta y pongo sobre la mesa la experiencia de haber dirigido un sitio web importante en el mundo como lo ha sido burladerodos.
Son sólo reflexiones, ideas y sueños que estoy seguro ustedes podrán enriquecer, ampliar y engrandecer.
Monterrey, N.L., agosto de 2018.