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Paco Tijerina
Grave y preocupante, así es la situación de la Fiesta Brava en Monterrey.
Como desde niño, luego de ayer haber acudido a los toros en cualquier plaza, la primera acción al despertar fue buscar en los periódicos las crónicas para tratar de aprender y abrevar, para saber si mi visión de las cosas coincidía o difería de la de los expertos, pero ¡oh sorpresa!, por primera vez en muchos años no encontré NI UNA SOLA RESEÑA, YA NO DIGO CRÓNICA, del festejo de ayer.
Esto es a todas luces un mal síntoma.
Porque significa que para los editores de los medios impresos (y también incluyo aquí la radio y televisión que por supuesto no se ocuparon de consignar el evento), la Fiesta simple y sencillamente NO EXISTE.
Grave, gravísimo, porque la publicidad no vende en realidad; en nuestro tiempo es otra la forma de promocionar los eventos y tampoco bastan las redes sociales. Se ocupa el apoyo de los medios por ser estos un “tercero con credibilidad” que si te dice que el asunto vale la pena, le crees y es de lo que adolecemos.
No lo digo yo, desde hace años lo sostienen especialistas como Al y Laura Rice que hablan de la construcción de marcas e imperios de negocios.
Más que preocupante el asunto debe ser OCUPANTE.
Y de ello se debería encargar en primer término la empresa de la Monumental Monterrey.
Cabildear, conseguir espacios, no “casarse” con solo un grupo de medios, promover la difusión, conseguir que se escriba y hable de toros mañana, tarde y noche y obvio, impulsar en las redes sociales replicando lo que dice ese “tercero con credibilidad”. Pero no…
Gracias a las hemerotecas hoy puedo compartirles un artículo escrito justo un día como hoy, pero de hace 100 AÑOS, en el que se consigna la crónica del festejo celebrado dos días antes en Cadereyta en el que actuaron “Gaonita” y “Chencho”.
Dentro de un siglo más nadie podrá saber que ayer en Cadereyta torearon Enrique Garza, “El Zapata” y Sergio Garza.
Hoy, mediante un escuetísimo comunicado la empresa de la Monumental Monterrey informa que entrará en “un periodo de importantes trabajos de mantenimiento y mejoras sustanciales durante los próximos meses, por tal motivo se reprogramarán los festejos tradicionales una vez concluidas dichas obras”.
¿Y eso con qué se come? ¿Qué significa en realidad?
Que no van a dar la corrida de aniversario de finales de agosto y que reprogramarán la misma para noviembre.
¿De verdad esos “importantes trabajos de mantenimiento” tuvieron que esperar hasta agosto? ¿No pudieron ser antes? ¿Por qué esperar al cuarto para las doce para decir que se pospone un festejo?
Vuelvo al punto inicial. La principal interesada en la promoción de la Fiesta debería ser la empresa que debería buscar formas, métodos y sistemas para de no hacerlo los medios, encontrar espacios para que en ellos se consigne cualquier festejo taurino, además de artículos, comentarios, columnas y reportajes; deberían ser generadores de contenidos que mantengan vivo el interés de la afición porque con ello mantendrían viva la llama de su negocio y así la promoción de sus carteles les resultase más sencilla.
Ni le saben, ni le entienden. Es la verdad.
No podemos, ni debemos, dejar esa pesada carga en los hombros de la afición o los profesionales, de los que, duele decirlo, nos quedan muy pocos y duele porque esta tierra fue cantera de toreros, subalternos y demás… hoy sólo quedan unos cuantos.
Hay señales que son muy claras y que no las ve únicamente el que voltea la vista hacia otro lado.
Para concluir una pregunta a la afición de Monterrey: “¿qué es para ustedes más importante? ¿Qué den festejos o que les arreglen los baños?