Decía el maestro Juan Belmonte que «para ser torero, hay que parecerlo» y Arturo Macías es torero por los cuatro costados.
Macías lo tiene todo para convertirse en primerísima figura del toreo en México, más allá de la técnica, su carisma y personalidad son la base más sólida que le puede proyectar.
El hidrocálido ha buscado por diversos caminos llegar a la cima y permanece fiel a su lucha. Esperemos que así siga, recordemos aquello de que «el que persevera, alcanza».