«El Gitano Tapatío», como le dicen muchas personas de cariño, es un extraordinario subalterno y además un ser humano que vive en intensidad su pasión que no es otra que la Fiesta.
Fermin Quiroz Villaseñor vive, sueña, duerme, come, toros, toros y más toros y mantener una afición así, intacta, durante tantos años, es motivo de orgullo.