A Gerardo Trueba le tocó vivir una etapa ciertamente difícil para el rejoneo en México.
Habiéndose iniciado la revolución de Joao Moura, aún no llegaba Pablo Hermoso de Mendoza; eran las últimas temporadas de Gastón Santos Pué y un pequeño grupo de cavaleiros buscaba en México tomar la estafeta. Gracias a ellos el rejoneo siguió vivo en nuestro país y su aporte fue fundamental para la siguiente generación de caballeros en plaza.