Desde niño ha perseguido su sueño de ser torero y a él ha dedicado su vida por completo. Juan Fernando es un matador de toros que sigue ahí, a la espera de dar un campanazo que lo catapulte a un mejor sitio de la baraja taurina nacional.
De siempre sabido, la vida de un torero no es una carrera de velocidad, sino un maratón que han que correr con inteligencia y sobre todo mucha paciencia.